miércoles, 15 de abril de 2015

El Quinto Jinete (II) Episodio 4. La Mujer del Sueño de William Wilkie Collins

                      






William Wilkie Collins fue un escritor británico, antecedente de todo el género policíaco y con tintes cercanos al fantástico. No se privó Collins; como tantos otros autores de misterio; de consumir láudano para su artritis reumatoide; lo que le llevaba a estados alterados de la realidad. La dama del sueño (Blow up with the brig) es un relato gótico, escrito en 1859. Esta es una de las adaptaciones mas fallidas de la serie El Quinto Jinete. El guión cambia el adecuado marco de la Inglaterra Victoriana, por un Salvaje Oeste imposible. La elección de época no favorece el desarrollo de la trama, haciéndole perder el componente evocador y fantasmagórico. Por otra parte la elección de los actores no parece la más apropiada. Enfrentar el histrionismo de Agustín González (sí, ese Agustín González) con la interpretación parsimoniosa de Julieta Serrano, y añadirle un Luis Ciges; con ligero acento gallego; en un poblado recóndito del Far West, no termina de cuajar. La historia de la mujer que se aparece en sueños para acuchillar al protagonista, y a la que conoce más adelante para casarse con ella, transcurre demasiado precipitadamente.
 Destacar el buen hacer de Luisa Sala en el papel de madre, una de las actrices familiares de la época en televisión. Tras expulsar a su mujer, Rebeca, de casa, el protagonista no vuelve a dormir tranquilo nunca más pensando que va a aparecer cualquier noche, como en el sueño premonitorio. El guionista hace un añadido personal y el final abierto de la novela es sustituido por otro donde; años después;  Isaac lleva a un doctor en su carruaje hasta su casa, donde se queda a pasar la noche. En paralelo se nos muestra a Isaac sentado en la silla, intentando no dormirse, mientras en el salón la mujer del doctor (que no es otra que Rebeca) corta la carne con el cuchillo del sueño. Aquí aparecen algunos de los mayores fallos del diseño de producción. No contentos con mostrarnos al inicio un poblado con arquitectura similar a una misión abandonada de Nuevo México, de ahí pasamos a un pestilente poblado del profundo Oeste. 
Basta un breve paseo en carruaje para que los viajeros aparezcan !en una mansión sureña de mármoles y plantaciones de algodón! Por no faltar, están hasta los criados negros con el mejor acento de “Señoritaaa Escaglaaaaataaa! Por no hablar de la cocina, con muebles de diseño contemporáneos al rodaje. Nuestra raigambre camina lejana de la mitología y la épica del Far West, que nos queda algo lejano. Para eso tenemos nuestro Siglo de Oro, que nos entrega uno de los mejores episodios de la serie: Los Dados. Y es que algunas cosas es mejor dejarlas como están. En el último tramo, el actor Fernando Cebrian, interpretando al doctor Maverik (nada oculto homenaje a la serie interpretada por James Gagner), levanta el nivel del episodio. Cebrian era uno de aquellos actores de raza, de clara dicción, de voz memorable, que levantaba cualquier producción con su profesionalidad y presencia. Si la banda sonora les resulta familiar, escuchen "Agachaté maldito" de Ennio Morricone. Descubrirán, con certeza, el motivo...

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