jueves, 29 de octubre de 2015

X Festival de Cine Inédito de Merida





La elección del cartel del X Festival de Cine Inédito de Mérida, sabiamente diseñado por Crash Estudio Gráfico, habitual colaborador del Festival; es toda una declaración de intenciones, ya consolidadas. El número diez formado por un uno y un corazón sobre fondo apergaminado; nada velado homenaje a los bocetos anatómicos de Da Vinci, donde los nombres de los vasos, válvulas y arterias, se han transmutado en pasión, belleza, fidelidad y otras características de las que se desean para cualquier trabajo hecho con ilusión. Un acierto más de Crash Estudio, recogiendo el espíritu de un Festival que en esta edición enreda al escondite con el aficionado, en un juego de promesas que se han ido desvelando parcialmente en la red. El plato fuerte llega con la proyección del Macbeth del australiano Justin Kurzel, director de la durísima y polémica “Snowtown”. Concebida en una fantasmal llanura escocesa (trasunto de La Tierra Media), utilizando como cabecera el magnetismo interpretativo de la Cotillard y la certeza de Michael Fassbender, que llega fuerte desde Cannes. El testigo de esta aventura, iniciada hace diez años, es recogido por Emilio Martin Luna como responsable de la programación, que junto al director Ángel Briz, seguirán guiando la nave del cine difícil de visionar en circuitos comerciales, tras la gestión de David Garrido, actual director de la Filmoteca de Extremadura. Del 12 al 21 de Noviembre se proyectaran títulos de dificultoso acceso para el espectador y que los organizadores, sabiamente, mantienen en secreto hasta el momento.

Descubrimientos para los amantes del cine como la excelente parábola “Al nacer el día” de Goran Paskaljevic, proyectada (y premiada) en la pasada edición, alternativas imaginativas como “El Molino y la Cruz”, una sucesión visual de tablas flamencas, o la metáfora sobre el integrismo de “Camino de la Cruz”, resultarían arduos de visionar para el público, de no ser por el entusiasmo, el amor al cine y la dedicación de los oficiantes de este Festival. Tan sólo quienes han estado detrás de cualquiera de estas iniciativas conoce la entrega, el tiempo y los sacrificios que conlleva organizar y mantener cualquier evento cultural en nuestro terruño. A las palabras que coronan el creativo boceto del cartel de Crash Estudio Gráfico, habría que añadir sin duda: amor (profundo e intenso por el cine) ilusión (sin esta, nada es posible) osadía (la que se necesita para andar embarullados con los poderes y mecenas). De los titubeos iniciales en 2006, donde el nombre aparece “por que no sabían muy bien lo que querían hacer” a la consolidación actual como Festival puntero en la región. Más de 300 socios y 43.000 asistentes (entre niños y adultos) lo ratifican. Como en los mejores tiempos cuando cada terruño poseía su Cine Club (los más canosos recordarán cuando se le denominaba Arte y Ensayo) esta aventura ha crecido más allá de su Emérita genésica para alcanzar sedes en otras capitales y llevar este cine a un público que lo agradece y disfruta. 

El próximo día 4 se desvelará el misterio, aunque conociendo la tesitura del evento, no es difícil profetizar apuestas por cine asiático, que fuera ampliamente representado por obras como la costumbrista “Una Familia de Tokio”, o las aportaciones en el enriquecedor castellano de allende los mares, cine centroeuropeo, hasta obras de culto patrias, como la inquietante e hipnótica “Magical Girl” de la anterior edición. Un regalo para los sentidos. 

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